miércoles, 27 de febrero de 2013


LOS PARAISOS ARTIFICIALES

    PEQUEÑOS POEMAS EN PROSA

 


El Vino
 … El vino es semejante al hombre: Jamás se sabrá hasta qué punto es posible estimarlo y despreciarlo, amarlo y odiarlo, ni de cuántos actos sublimes o fechorías monstruosas es capaz. No seamos entonces más crueles con él que con nosotros mismos y tratémoslo como nuestro igual.
    A veces me parece que oigo decir al vino (que habla, con su alma, con esa voz de los espíritus que sólo los espíritus oyen): "Hombre, bienamado mío, quiero alzar hacia ti, a despecho de mi cárcel vítrea y de mis cerrojos de corcho, un canto lleno de fraternidad, un canto colmado de dicha, de luz y de esperanza. Yo no soy ingrato; bien sé que te debo la vida. Sé lo que el dármela te ha costado de labor y de, sol sobre la espalda. Tú me has dado la vida, y yo te recompensaré. Y te pagaré ampliamente mi deuda, pues experimento una dicha extraordinaria cuando caigo en un garguero sediento, después del trabajo. El pecho de un buen hombre es una morada que me complace más que las melancólicas e insensibles bodegas. Es una alegre tumba donde realizo con entusiasmo mi destino. Hago en el estómago del trabajador un gran tole-tole, y desde allí por escaleras invisibles, subo hasta su cerebro, donde ejecuto mi danza suprema.


Baudelaire consideró Los paraísos artificiales como su obra más perfecta. Como experto en el consumo de drogas, celebra sin ninguna vergüenza el consumo de drogas y alcohol, especialmente el vino. Llega a decir que “el vino exalta la voluntad, el hachís la aniquila. El vino constituye un soporte físico, el hachís es un arma para el suicidio. El vino hace que el hombre sea sociable, el hachís lo aísla. El vino es útil, produce resultados fructíferos, el hachís no sirve ni conduce a nada”. Baudelaire llega a afirmar que “el hombre que sólo bebe agua esconde algún secreto a los demás”.
Baudelaire dice expresa con este comentario todo aquello que rodeó su vida desde la su infancia, una vida llena de excesos y problemas que le condujeron a una muerte prematura.






                                                                                                          Julio Vales González
                                                                                                                      1ºB

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