La
fuerza que por el verde tallo impulsa a la flor
impulsa
mis verdes años; la que marchita la raíz del árbol
es
la que me destruye.
Y
yo estoy mudo para decirle a la encorvada rosa
que
la misma fiebre invernal dobla mi juventud.
La
fuerza que impulsa el agua entre las rocas
impulsa
mi roja sangre; la que seca los arroyos parlantes
vuelve
cera los míos.
Y
yo estoy mudo para contarle a mis venas
cómo
la misma boca bebe del manantial de la montaña.
La
mano que arremolina el agua del estanque
remueve
las arenas; la que amarra las ráfagas del viento
iza
mi vela de sudario.
Y
yo estoy mudo para decirle al ahorcado
que
el barro del verdugo está hecho de mi arcilla.
Los
labios del tiempo sorben del manantial;
el
amor gotea y se acumula, mas la sangre vertida
calmará
sus pesares.
Y
yo estoy mudo para decirle al viento en la intemperie
cómo
ha trazado el tiempo un cielo entre los astros.
Y
yo estoy mudo para decirle a la tumba de la amada
que en mi sábana
avanza encorvado el mismo gusano.
VALORACION
Uno
de los poemas mejores y más conocidos del autor. Describe muy bien la relación que
existe entre el hombre y el universo como un microcosmos frente al macrocosmos;
sobre ambos obran las mismas fuerzas que crean y destruyen.
Andres Franco Curros 1 B
Andres Franco Curros 1 B
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