martes, 28 de mayo de 2013

La cantante calva de Eugène Ionesco por Rubén González Ures Nº12 1ºB


La cantante calva (1950), comedia de un acto caracterizada por el surrealismo, sobre todo en el aspecto verbal: su comicidad, fundada totalmente en el absurdo, se convertirá en una constante en todas sus obras. La cantante calva parte de una serie de diálogos que imitan las frases incoherentes de un manual de conversación de lengua extranjera; Ionesco las mezcla y desordena, explotando una fuente cómica inagotable.


                          La cantante calva de Eugène Ionesco




Así, el lenguaje se convierte en el gran protagonista: las frases se deshacen en un sin sentido; construye nuevas palabras y hace que toda la obra esté impregnada de un lenguaje vivo. El espectador es el que, a la salida, debe sacar sus propias conclusiones de una obra completamente absurda de un ritmo vertiginoso.

Todas las características de La cantante calva se repiten en sus siguientes obras, La Lección(1951), Las sillas (1952), Víctimas del deber (1953) o en las obras de tres actos Amadeo o cómo salir del paso (1954) y Jacques o la sumisión (1955).En ellas además Ionesco trata temas metafísicos mostrando la sociedad humana privada de realidad y mostrando la nada que la envuelve.

Aquí un fragmento de la obra:



La cantante calva nace de la necesidad de Ionesco por aprender inglés. En su manual aparecían ya todos los personajes de La cantante calva, a excepción del bombero, que sería añadido posteriormente. Para repasar frases de uso cotidiano la señora Smith informaba a su marido sobre detalles que él ya debería conocer, como cuántos hijos tenían, cuál era su apellido, dónde vivían o dónde trabajaba, que acababan de cenar, que tenían una sirvienta llamada Mary o desde hacía veinte años unos amigos, los Martin, que por cierto en capítulos posteriores visitan a los Smith y tienen los cuatro una conversación donde usan muchas de las frases que aparecen en la última escena de la final de la pieza teatral y que aparentemente no tienen sentido porque construyen un diálogo sin coherencia entre las distintas intervenciones, como que el suelo está abajo y el techo arriba o que la semana tiene siete días. El género elegido no podía ser otro que el teatral, ya que los diálogos entre los Smith y los Martin eran ya propiamente teatro. Fue así como nació La cantante calva, inicialmente titulada La hora inglesa, pero rebautizada como La cantante calva por la lógica de que en la obra no aparece en ningún momento una cantante calva, aunque en una sola ocasión se hace referencia a ella.

                                        Rubén González Ures Nº12 1ºB

No hay comentarios:

Publicar un comentario